Como
principal ventaja, cabe destacar los excelentes resultados que brinda un
sistema de control basado en lógica difusa: ofrece salidas de una forma veloz y
precisa, disminuyendo así las transiciones de estados fundamentales en el
entorno físico que controle. Por ejemplo, si el aire acondicionado se
encendiese al llegar a la temperatura de 30º, y la temperatura actual oscilase
entre los 29º-30º, nuestro sistema de aire acondicionado estaría encendiéndose
y apagándose continuamente, con el gasto energético que ello conllevaría. Si
estuviese regulado por lógica difusa, esos 30º no serían ningún umbral, y el
sistema de control aprendería a mantener una temperatura estable sin continuos
apagados y encendidos.
También está la indecisión de decantarse bien por los expertos o bien
por la tecnología (principalmente mediante redes neuronales) para reforzar las
reglas heurísticas iniciales de cualquier sistema de control basado en este
tipo de lógica. Fuente: El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; podrían ser aplicables cláusulas adicionales. Léanse los términos de uso para más información.
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